Cómo conquistar un hombre bueno
Contenido
- Cómo conquistar un hombre bueno
- El hombre bueno existe
- Encontrarás un buen hombre que no será, forzosamente, el primero que llegue
- Un hombre bueno se deberá comportar bien
- Un hombre bueno se toma su tiempo y da tiempo
- Al hombre bueno habrá que conquistarle dejándole espacio
- Conquisto un hombre porque le merezco
- Cómo atrapar al hombre de tu vida en diez lecciones
El mundo está lleno de buenos hombres. ¿Hace tiempo que no te encuentras con uno? Aprende a reconocerlos, te lo mereces.
Si un radar pudiera guiarnos hacia el hombre de nuestra vida, nos quitaríamos una espina del corazón. Porque, entre los colocados, mujeriegos y los ex de la mejor amiga, a veces nos preguntamos dónde están los hombres.
Pues bien, están allí, no muy lejos. En la oficina de al lado, con Carolina el fin de semana próximo, en el curso de bádminton donde vas a inscribirte… A veces pensamos que si están libres, disponibles, será porque tienen algún problema.
Sí, pero no más que nosotras que también estamos libres, disponibles y sin problemas. Simplemente, se trata de poner los pies sobre la tierra. Si el hombre perfecto no existe, el hombre bueno se encuentra en millones de ejemplares. No tiene que ser necesariamente rico, divertido, bello y superdotado.
Puede tener un trabajo apasionante aunque no muy bien pagado, no haber leído íntegro Proust pero ser cinéfilo, tener una sonrisa arrolladora…Total, no tiene por qué ser perfecto ni estar lleno de cualidades. Tan sólo necesita la esencial: querer tu bien. Para encontrarle, reparar en él y darle una oportunidad, abre los ojos, los oídos y el corazón.
El hombre bueno existe
A los diez años soñábamos con un idilio con Albator, a los quince con Nicolás de “Helene y los chicos” y ahora, a los treinta, no sabemos por dónde empezar a buscar.
¿Qué debo hacer?
Deberás plantearte qué esperas de una relación amorosa. ¿Cómo abrir un horizonte que te estimule y dé confianza? ¿De qué tienes ganas? ¿De gustar, de que te gusten, o de estar acompañada? ¿Qué estás dispuesta a dar? ¿Tiempo, amor, buen humor? Total, ¿qué es lo que quieres?
Encontrarás un buen hombre que no será, forzosamente, el primero que llegue
Un chico se te ha cruzado una tarde. Algunos vasos, algunas palabras intercambiadas y alguna pregunta: “¿Tienes novio?”. “No, no tengo novio”.
No se trata sólo de amor, sino de sentimientos. Tenemos ganas de enamorarnos pero no debemos hacerlo del primero que se fije en nosotras.
¿Hago balance?
Sí. Haz balance de tus historias de amor. Guarda lo positivo. Con Charles la relación sólo duró seis meses pero fueron seis meses alegres y felices. Alex sabía cuidarme. Pierrick me hacía reír. ¿Quién vivió todo eso? ¡Tú!
Entonces, sin que prepares unas pruebas dignas del Airbus 380, te mereces alguien bueno y no el primero que pase.
Un hombre bueno se deberá comportar bien
El amor es ciego, esto es bien conocido. ¿Cómo saber si Max te llevó a dormir al raso del cielo por un bello gesto o para ahorrarse una habitación de hotel? ¿Creemos que somos la mujer de su vida porque fuimos a tomar té a casa de su madre?
Con circunstancias atenuantes, podemos hacer pasar un patán por monaguillo. Cuando se empieza una historia no se conoce bien al otro. Es difícil que todo se tenga en cuenta.
Eres un ser humano como otros. Incluso, peor si estás enamorada. El que jamás haya abandonado en un arranque su objetividad, sentido común y espíritu crítico que tire la primera piedra. Percibimos los fallos de nuestro gran amor pero no se lo decimos para:
- No enfrentarnos a él.
- Por miedo a perderle.
En cuanto me doy cuenta de esta debilidad respiro y me ofrezco un cuarto de hora de sinceridad, haciendo una lista con las cosas que me molestaron. Con una puntuación por debajo de tres, concedo el beneficio de la duda. Puede que este hombre sea tímido o distraído. Entre tres y seis, me interrogo:
“¿Acaso estoy intentando no ver algunas cosas por miedo a renunciar a esta historia?” Por encima de seis, me digo seriamente: “¿mi hija merecería ser tratada así?” La respuesta es, no.
Un hombre bueno se toma su tiempo y da tiempo
Tenemos que preguntarnos si vamos a acostarnos con él la primera tarde. Será mejor que demos un poco de tiempo al tiempo. Somos nosotros quienes decidimos.
¡Elegancia! Aunque caigamos bajo su encanto, la partida no tiene por qué estar ganada por ello. No tenemos que dejarnos llevar por sus bellas palabras. Hay que mantenerse lúcido. Si te dice “te quiero” al cabo de dos horas, salvo excepción, no dirá la verdad.
Si te dice que él será quien te llame, desconfía, tendrá, posiblemente, una novia escondida. Y si no quiere darte un duplicado de sus llaves, será porque su mama las tiene. Prepárate para tener un hogar a tres.
No hay amor, sino pruebas de amor. Aunque el deseo romántico que bulle en ti sueñe con ramos de rosas rojas en el escritorio, será mejor un texto que diga: “Gracias para una tarde deliciosa”. Será mucho más apropiado y prometedor.
El hombre no está formateado como tú. Es diferente y eso está bien. ¿Si no le telefoneas tres veces al día quiere decir que no estas enamorada? Él puede estar enamorado y no atreverse a telefonearte tres veces al día. Deja que las cosas se vayan dando.
Al hombre bueno habrá que conquistarle dejándole espacio
Otro axioma del amor: para recibir, hay que dar. Y si quieres que un hombre bueno te haga sitio en su vida, comienza a hacérselo tú en la tuya. Te preguntas cómo, entre los lunes con tus amigas, los cursos de salsa con Pablo y las sesiones DVD en casa de tu hermana, vais a poder tener una tarde de enamorados.
Los chicos también tienen sus partidos de rugby el domingo, sus tardes con amigos y sus cursos de tango con Vanessa. Vais a tener que buscar, entre los dos, momentos para vosotros.
Compromisos. Te preguntas por qué vacilas tanto en sacrificar algunas de tus actividades. ¿Por qué tienes miedo a perder ese universo tranquilizador construido piedra a piedra?
La historia se construye. Hay que conceder tiempo al otro para saber si es el caballero ganador a falta del príncipe azul. El mejor modo de neutralizar a Vanessa será ir con él a sus cursos de tango. También, conocer a sus amigos que seguramente serán muy agradables.
Conquisto un hombre porque le merezco
Le mereces. Ese hombre formidable tiene una suerte loca de que hayas podido encontrarle. ¿Ahora, qué?
No necesitas un hombre en tu vida, pero si tienes ganas de tenerlo bastará con que te empeñes en vivir una bella historia para que llegue.
Cómo atrapar al hombre de tu vida en diez lecciones
- Cuando se está en una relación, hay que sacar provecho de la historia para evolucionar en nuestro aprendizaje.
- Mientras que la mujer no tome la responsabilidad de la relación, mientras no comprenda que “no se cae” sobre cualquier hombre, sino que “se le escoge”, se condena a revivir eternamente las mismas historias, a repetir los mismos esquemas.
- Antes de sentirse atraída por un hombre normal, la mujer debe enfrentarse a los “sinvergüenzas”, a los hombres imprevisibles. Necesitará vivir varias relaciones para aprender.
- El Príncipe azul le lleva tan adentro que hará falta tiempo para que la mujer renuncie a él y aprecie al hombre anclado en la realidad. Escogerá un hombre por lo que es y no por su “potencial”. Comprenderá que la mujer cambia pero que el hombre jamás cambia su naturaleza.
- Una vez conocido el amor pasional, la mujer estará lista para un amor más racional donde decida qué tipo de compañero quiere en la vida. Deberá definir sus criterios de selección basándose en sus necesidades y experiencias.
- Conocer y experimentar es el medio de evolucionar y no cometer, eternamente, los mismos errores. Esto se llama madurez. Es por eso que hacen falta, a veces, dos matrimonios para llegar a ello. La primera vez nos casamos con su fantasma, la segunda vez nos casamos con la realidad.
- No existe fórmula mágica pero una cosa es segura: el 100 % de las ganadoras probaron fortuna. Si quieres encontrar el hombre de tu vida deberás rastrillar mucho para multiplicar las oportunidades de encontrar a alguien.
- El hombre de tu vida es como un paracaidista. No puedes influir sobre la localización de su salto, dirección ni fuerza del viento, pero sí puedes alisar el terreno, poner oriflamas, hacer grandes signos para que aterrice en el sitio adecuado
- Hay que aprender a no renunciar al “hombre de tu vida” cuando una voz interior te grita “es él”.
- En cambio, si la atracción no se produce, será inútil insistir. La magia dentro la pareja nace cuando dos almas se reconocen. Es la única cosa que no se inventa, que no se debe forzar.