Calculadora del amor
Contenido
- Calculadora del amor
- Test del amor real y verdadero
- Cómo medir el amor: test de 10 preguntas para evaluar y contestar
- 1. ¿Nuestra unión llegó para quedarse?
- 2. ¿Le dejo o sigo?
- 3. ¿Qué tipo de pareja somos?
- 4. ¿Somos capaces de independencia y autonomía?
- 5. ¿Celos? Un poco, con pasión, con locura
- 6. ¿Hablamos el mismo idioma?
- 7. ¿Soñamos los dos?
- 8. ¿Debo idealizar mi pareja o mi relación?
- 9. ¿Cuáles son las fuentes de mis frustraciones?
- 10. ¿Cuál es el estado de vuestra riqueza en común?
Se trata de una prueba muy sencilla que te permite evaluar la compatibilidad del amor utilizando los nombres.
Escribe tu nombre y el de la persona que amas, y la calculadora del amor te dará el porcentaje de la compatibilidad amorosa haciendo clic en la “Test It”. La calculadora del amor te da una evaluación de la compatibilidad de los nombres.
Para una evaluación más científica y acertada del amor, lee el siguiente artículo.
Test del amor real y verdadero
El hombre tomó la medida del mundo
El homo sapiens también inventó una escala para medir lo inconmensurable, clasificar lo inclasificable, racionalizar la pasión irracional del amor y ver cuántos centímetros se hunde la flecha de Cupido en el corazón del otro.
Le amo poco, mucho, apasionadamente, con locura
Dentro de la escala del amor apasionado, hay un estudio reciente bastante divertido publicado en PLoS One: los investigadores han establecido que entre los jóvenes muy enamorados, el dolor de una quemadura se reducía en gran medida cuando veían la fotografía de un ser querido, un fenómeno producido por el sistema de recompensas instalado en nuestros cerebros.
Test: calculadora del amor con preguntas
Probablemente pueda ser explotado por las revistas para mujeres, ya que se asemeja a las famosas pruebas psicológicas de “¿estás realmente enamorado?”. He encontrado el artículo original que dice cómo fue desarrollada esta escala, siendo probada y validada como fiable.
Publicado en 1986 en el Diario de la Adolescencia, este artículo fue el trabajo de un psicólogo y un sociólogo estadounidense llamados Elaine Hatfield y Susan Sprecher.
En él se explica cómo se incorporaron los componentes que ponen a prueba a la persona mediante una evaluación cognitiva, emocional y conductual.
¿Cómo funciona la calculadora del amor?
Echemos un vistazo. Estamos en frente de quince estados que van desde “me siento desesperado”, “le dejó”, “siento que mi cuerpo reacciona cuando él me toca”, “conoce todos mis pensamientos, temores y esperanzas”.
Las valoraciones van del 1 al 9, siendo 1 “no es cierto en absoluto” y 9 “completamente cierto”. Si tu puntaje está entre 106 y 135 puntos, te encuentras en la parte más extrema y caliente de la pasión, no puedes dejar de pensar en él y si te meten agujas oxidadas debajo de las uñas, con la simple visión de una foto suya, eliminarás cualquier sensación de dolor.
Si consigues entre 86 y 105 puntos, sigue siendo tu gran amor aunque con menor intensidad. Cuanto menor sea la puntuación, los destellos apasionados serán más raros. Por último, si has conseguido menos de 45 puntos, tu chico no te atrae más que una medusa varada en la playa.
Cómo medir el amor: test de 10 preguntas para evaluar y contestar
¿Y si ya es hora de hacer un balance de tu relación? He aquí diez cosas en las que debes pensar para tomar resoluciones conjuntas.
1. ¿Nuestra unión llegó para quedarse?
“Todas las parejas que duran tienen cuatro cosas en común: una verdadera comunicación, una buena imagen de su matrimonio, gran sεxo y planes futuros, dice Violaine Gelly, editor.
Muchas bodas terminan en fracaso, avanza Yvon, psicólogo, en su libro “¿Qué parejas son felices?”.
Aunque las causas son variadas, el psicólogo dice que la ruptura se debe principalmente a la falta de conocimiento de la psicología diferencial de los sεxos, la ausencia de ciertas habilidades interpersonales y la negativa a hacer los esfuerzos necesarios para adaptarse a la vida matrimonial.
2. ¿Le dejo o sigo?
No hay necesidad de esperar a que algo salga mal para hacerse esta pregunta. Es bueno hacerse esta pregunta con regularidad: “¿le dejo o sigo?”.
Es algo que sugiere Robert Neuburger, psiquiatra y psicoanalista, en su obra “¿Me detengo o continúo?”. Este examen de conciencia ayuda a prolongar la relación.
Esta introspección puede permitir que la pareja siempre tenga en mente la separación como una posibilidad. Siempre es necesario avivar la llama de los primeros días.
3. ¿Qué tipo de pareja somos?
En su libro “Los colores del amor en la pareja”, Yvon Dallaire cuenta con siete modelos de parejas:
1. Afecto: intimidad sin compromiso ni pasión.
2. Camaradería: compromiso e intimidad sin pasión.
3. Vaciar el amor: compromiso e intimidad y sin pasión.
4. Amor pasajero: el compromiso y la pasión sin intimidad
5. Necesidad: pasión e intimidad sin compromiso.
6. Amor romántico: pasión e intimidad sin compromiso.
7. Amor logrado: compromiso, pasión e intimidad.
“El amor logrado parece el más completo y gratificante porque la relación se compone de tres elementos”, dice Dallaire. Sin embargo, si tu relación no se ajusta a este modelo, también es posible que sigas siendo feliz con la relación. “La clave de la felicidad no se encuentra necesariamente en el amor completo, sino en las expectativas de la correspondencia, las percepciones y las creencias de cada persona.
“Si lo que esperas son grandes declaraciones de amor y noches apasionadas con un esposo feliz y amable, sentirás frustración tras frustración. ¿Tu media naranja realmente te llena? ¿Estás seguro?
4. ¿Somos capaces de independencia y autonomía?
En su libro “¿Quiénes son estas parejas felices?”, Yvon Dallaire, psicólogo, habla del concepto de lucha de poder en la pareja. Sólo el 20% de las nuevas parejas logran adaptarse a esta lucha satisfaciendo las necesidades específicas de cada fusión, tomando el control, la dependencia y la adicción constante.
Y entre ellos, algunas parejas encontrarán el equilibrio mediante el establecimiento de una relación de interdependencia, satisfaciendo plenamente sus necesidades relacionales y emocionales sin perder sus respectivas identidades.
Las parejas felices logran establecer una buena distancia entre uno y otro. Una distancia que les permite satisfacer sus necesidades en materia de privacidad y autonomía. El verdadero desafío es mantener la cohesión entre dos personas. Que a pesar de sus diferencias y desacuerdos formen un “nosotros”.
Todas las parejas felices se componen de personas con altas aspiraciones, desarrollo de proyectos a corto, mediano y largo plazo, rituales de amantes, matrimonio y familia.
5. ¿Celos? Un poco, con pasión, con locura
La psicóloga Ayala Malach Pines, define los celos como el miedo a perder una relación valorada. La relación puede no tener valor sentimental, sino una dimensión económica y social esencial.
Hay personas que se sienten celosas ante la imposibilidad de poseer al otro como un objeto. El psicoanalista, Daniel Lagache, dice: “te odio por no ser capaz de poseerte por completo, y te acuso del dolor que ello me causa”.
“Si eres celoso elimina creencias infantiles, reprograma tus patrones de apego y revisa tu imagen como amante”, opinan los autores Lomas y Dufour. En cualquier relación crónica, pueden aparecer los celos y cada uno tiene su parte de responsabilidad. Para combatirlo es necesario admitir su existencia.
6. ¿Hablamos el mismo idioma?
“El hombre se comunica porque tiene algo que decir o porque quiere conseguir información”, dice el psicólogo Yvon Dallaire en su capítulo “Los colores del amor en la pareja”, publicado por Quebecor, 2011).
“Si a pesar de su amor mutuo y buena fe, los hombres y mujeres tienen dificultad para comunicarse, es porque consideran la comunicación en términos de relación íntima y expresión emocional”.
Las estrategias y reglas difieren de un sεxo a otro, lo que complica el tema. “Los problemas de comunicación no se encuentran en la comunicación como tal, sino en los códigos de la ignorancia de género de la comunicación”, dice el psicólogo.
7. ¿Soñamos los dos?
¿Tus sueños son realmente tuyos o están condicionados por tu educación, sociedad o los valores que te inculcaron tus padres? ¿Tu imagen de la vida matrimonial está inspirada en la experiencia de mamá y papá?
Tras estas reflexiones, examina lo que ves en el futuro para tu relación. Habla de tus sueños, ambiciones y metas en la vida. ¿La otra persona camina en la misma dirección?
¿Qué haríais juntos? ¿Qué necesitas? Quieres comprar un apartamento, participar en la construcción de una casa, tener hijos, hacer un viaje alrededor del mundo, crear un negocio? Habla sobre un plan de acción concreto para lograr un objetivo común.
8. ¿Debo idealizar mi pareja o mi relación?
Siempre seguirá existiendo la relación basada en el sueño y la fantasía. Lo que te gustaría hacer con tu pareja. Dónde querrías estar.
Idealizar a tu pareja o relación es preocupante. Cada desafío será una fuente de decepción y la desconexión se verá acompañada de un desafío en lugar de una búsqueda de soluciones.
A menudo, la idealización caracteriza el comienzo de la relación. Pero, con el tiempo, llegamos a saber quién es realmente la otra persona para bien o para mal. ¿Habéis sido capaces de adaptaros a la realidad o permanecéis con la cabeza en las nubes?
9. ¿Cuáles son las fuentes de mis frustraciones?
Este pequeño ejercicio puede ser muy revelador. Tómate tiempo para pensar en ello. ¿Cómo es la relación? ¿Cuáles son las necesidades insatisfechas? ¿Te sientes escuchado o entendido cuando vuelves del trabajo?
La verdadera comunicación empieza cuando empiezas a hablar de “yo”. ¿Qué necesito para sentirme bien? ¿Cómo puedo hacer que mi relación sea más estimulante?
Si haces algunos ajustes en tu rutina, quizás puedas cambiar estas frustraciones por pequeños placeres.
10. ¿Cuál es el estado de vuestra riqueza en común?
Debes hacer un inventario de tus virtudes y debilidades.
No lo hagas, sin embargo, para alinear los pros y los contras. El amor no es un artificio contable. Tampoco puedes evaluar la fuerza de los sentimientos. No todo es negro o blanco.
Estos pensamientos deberían allanar el camino para ajustar y continuar la relación.
No pensemos sólo en nuestros defectos sino, también, en nuestras virtudes a veces olvidadas. Alimenta tu pensamiento.